Introducción.

Desde hace un tiempo el cuidado de la espalda en la etapa infantil y adolescente se ha convertido en centro de atención, tanto desde el ámbito educativo como desde el sector de la salud. Hoy os venimos hablar de la cifosis dorsal, más vulgarmente conocida como “joroba” o “chepa”; se trata de una alteración biomecánica en la cual el arco fisiológico de la columna se ve alterado.

Anatomía

Para entender un poco el porque de esta curvatura, primero debemos entender la anatomía de la columna vertebral.

Si bien observamos, la columna vertebral no es recta si no que cuenta con varias curvas fisiológicas para adaptarse a las diferentes cargas y movimientos. Dichas curvas son:

– Lordosis cervical: se trata de una curva que se dobla hacia delante (curva concava)
– Cifosis dorsal: se trata de una curva que se dobla hacia detrás (curva convexa).
– Lordosis lumbar: al igual que la curva cervical presenta una forma cóncava.
– Cifosis sacro-coxis.

Si bien habéis leído la zona dorsal ya presenta una curvatura cifótica, pero se considera anómalo cuando supera unos grados determinados que explicaremos más adelante. A esta anomalía se le llama hipercifosis

Incidencia y factores de riesgo de la hipercifosis 

En los últimos años, ha aumentado el número de niños y adolescentes que van a consulta por dolor en la espalda. La incidencia de problemas de espalda aumenta entre los 11 y los 15 años1. Las quejas más significativas de dolor de espalda son en la zona lumbar y dorsal con un 36%2. El 50% de los niños que tengan problemas de espalda, volverán a padecerlo en la etapa adulta si no se les aplica su correspondiente tratamiento2. Además, se realizó un estudio en el que se determinó que entre el 15-25% de los niños padecen cifosis dorsal3.
Existe unos factores que son determinantes a la hora de padecer dicha patología4:

– Factores demográficos: edad (suele aparecer entre los 11-15 años) y sexo (suele ser frecuente en niñas.
– Factores antropométricos: peso, estatura e IMC (personas con un mayor peso corporal son más propensas a padecer cifosis).
– Factores relacionados con el estilo de vida: estudios recientes han demostrado que una vida sedentaria es perjudicial para la columna vertebral.
– Factores familiares y psicosociales: un entorno negativo y que provoque estrés se considera un factor desencadenante en la aparición de cifosis dorsal.

Hipercifosis estructural o postura cifótica.

Hoy en día en la consulta del fisioterapeuta podemos encontrarnos estos dos casos. Una hipercifosis estructural será aquella en la que haya una alteración fisiológica. Una postura cifótica es aquella en la que el niño tiene la llama “chepa” pero a la hora de poner su espalda en una postura normal, dicha curvatura vuelve a los grados normales.
Para saber la diferencia, se utilizan una serie de parámetros (así como pruebas por imagen), utilizamos un instrumento llamado inclinómetro para medir el rango articular y ver si entra dentro de los valores normales5:

– Curva normal: 20º-40º
– Hipercifosis leve: 40-60º
– Hipercifosis moderada: > 60º

Para saber si se trata de una postura cifótica, medimos al paciente en su posición normal (postura cifótica para él) y después le pedimos que se ponga su espalda “recta”. Si entre el primer valor y el segundo hay una diferencia de 20º, se consideraría postura cifótica.

No solo se utiliza la valoración del rango articular para valorar la cifosis, también se realiza una valoración estática (altura de los hombros, escápulas y crestas ilíacas), flexibilidad, calidad de vida, escalas relacionadas con el dolor, etc.

Tratamiento de la hipercifosis

Con ayuda de la fisioterapia podemos disminuir el rango de la curvatura dorsal y así mejorar la calidad de vida. El tratamiento va enfocado a mejorar la movilidad de la zona dorsal, fortalecer los grupos musculares que se encuentran hipotónicos y mejorar la flexibilidad de los músculos que debido a su acortamiento provocan un aumento de la curvatura.

Se pueden realizar diferentes tipos de tratamientos:

– Fortalecer musculatura extensora, músculos interescapulares y estabilizadores del tronco.
– Ejercicios de estiramiento de la cadena anterior de la espalda.
– Terapia manual para mejorar la movilidad dorsal.
– Ejercicios respiratorios, enfocados a mejorar la expansión torácica
– Relajación miofascial.
– Fomentar una adecuada postura.

Bibliografía
1. Hasler C. Back pain during growth. Swiss Medical Weekly. 2013.
2. García C. Back pain. Pediatría Integral. 2014; 18(7):413-424.
3. Santoja F, Pasto A. Cifosis y Lordosis. Cirugía menor y procedimientos en medicina de familia. 2006; 22 (232): 1049-1061.
4. Martínez-Crespo G, Rodríguez-Piñero Durán M, López-Salguero A, Zarco-Periñan M, Ibáñez-Campos T, Echevarría-Ruiz de Vargas C. Dolor de espalda en adolescentes: prevalencia y factores asociados. Rehabilitación. 2009; 43(2):72-80.
5. Ohlén G., Spangforte E., Tingvall C. Measurement of Spinal Sagittal Configuration and Mobility with Debrunner´s Kyphometer. Spine 1989; 14 (6): 580-583.

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