La artrosis es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones, especialmente aquellas que soportan peso o tienen movimientos repetitivos, como las rodillas, caderas, manos y columna vertebral. La artrosis se caracteriza por el desgaste del cartílago que recubre los extremos de los huesos dentro de las articulaciones. El cartílago desgastado provoca fricción entre las articulaciones durante el movimiento, lo que causa dolor, rigidez, inflamación y dificultad para moverse.
Con el tiempo, la artrosis puede provocar cambios en la forma y función de las articulaciones afectadas, limitando así la movilidad y causando discapacidad en algunos casos. Además, la artrosis es una enfermedad degenerativa que puede empeorar con el tiempo. Sin embargo, existen tratamientos y medidas que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Síntomas de la artrosis
Entre los síntomas más comunes de la artrosis nos encontramos con:
- Dolor articular: Generalmente, es constante y empeora con la actividad física. Puede haber dolor durante el reposo en etapas avanzadas de la enfermedad.
- Rigidez articular: Suele ser más pronunciada por la mañana o después de periodos de inactividad. Esta rigidez puede mejorar con el movimiento gradual de la articulación afectada.
- Inflamación: Las articulaciones afectadas por la artrosis pueden estar hinchadas y sensibles al tacto.
- Dificultad para moverse: La movilidad de la articulación puede estar limitada, lo que dificulta realizar actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o levantarse de una silla.
- Deformidad articular: En los casos más avanzados, las articulaciones pueden deformarse, lo que afecta a la alineación y función de las articulaciones.
- Sonidos o crujidos: Pueden ocurrir al mover la articulación debido a la fricción entre los huesos desgastados.
- Sensación de calor: En algunas ocasiones, la piel sobre la articulación afectada puede sentirse caliente al tacto debido a la inflamación.
Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar según la articulación afectada y la gravedad de la enfermedad. Además, los síntomas de la artrosis tienden a empeorar con el tiempo si no se manejan adecuadamente. Si experimentas algunos de estos síntomas, es fundamental consultar a un profesional para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
¿Qué causa la artrosis?
Edad
El envejecimiento es uno de los principales factores de la artrosis, ya que, con el tiempo, las células del cartílago pierden su capacidad para regenerarse y repararse eficazmente. Además, las lesiones previas, como fracturas o lesiones deportivas, pueden alterar la estructura y función del cartílago, aumentando el riesgo de artrosis en esa articulación.
Obesidad
La obesidad es otro factor significativo, ya que el exceso de peso corporal ejerce una carga adicional sobre las articulaciones que soportan el peso como rodillas y caderas.
Sedestación e inmovilización
La sedestación prolongada e inmovilización pueden empeorar la artrosis. La falta de movimiento reduce el flujo sanguíneo y la nutrición de las articulaciones, causando rigidez y debilidad muscular favoreciendo la atrofia muscular. Esto acelera el deterioro del cartílago articular y aumenta el dolor y la inflamación.
Reparto de cargas inadecuado
Un reparto de cargas inadecuado en las articulaciones puede agravar la artrosis debido a que estas favorecen las descompensaciones funcionales. Cuando una articulación soporta más peso o estrés del que debería, se acelera el desgaste del cartílago. Esto puede resultar de mala postura, desequilibrios musculares o sobrepeso, incrementando el dolor y la degeneración articular.
La utilización de la osteopatía para la artrosis.
En casos de artrosis, la osteopatía se presenta como una opción terapéutica efectiva para el tratamiento de la artrosis. Uno de los principales beneficios de la osteopatía en el tratamiento de la artrosis es su capacidad para aliviar el dolor articular. En estos casos, los osteópatas utilizan técnicas manuales suaves, pero efectivas para reducir la tensión muscular y mejorar la circulación sanguínea en torno a las articulaciones afectadas, lo que puede aliviar significativamente el dolor y la inflamación.
Además del alivio del dolor, la osteopatía se enfoca en mejorar la movilidad articular. A través de manipulaciones y movilizaciones específicas, los osteópatas trabajan para restaurar o mejorar la amplitud de movimiento en las articulaciones dañadas por la artrosis. Este enfoque no solo ayuda a mantener la funcionalidad de las articulaciones, sino que también puede contribuir a prevenir la rigidez y mejorar la capacidad de realizar actividades diarias con mayor comodidad.
Otro de los aspectos clave de la osteopatía en el tratamiento de la artrosis es su capacidad para corregir desequilibrios postulares y biomecánicos. Los osteópatas evalúan la postura del paciente y cualquier alteración biomecánica que pueda estar contribuyendo al desarrollo o empeoramiento de la artrosis. Las cuales, mediante técnicas como ajustes articulares y correcciones posturales, se busca mejorar la alineación corporal y reducir la carga sobre las articulaciones afectadas.
El ejercicio terapéutico es un punto clave en la recuperación de los pacientes de artrosis debido a que, un ejercicio adecuado fortalece los músculos que soportan las articulaciones, mejora la movilidad y reduce la rigidez. Lo que promueve la salud de la zona, reduce la inflamación y el dolor. Programas de ejercicio bien diseñados pueden ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Loli Poveda
La artrosis es una condición crónica que deteriora el cartílago de las articulaciones, como las rodillas, caderas y manos, provocando dolor, rigidez e inflamación que dificultan el movimiento. Aunque es una enfermedad degenerativa que puede empeorar con el tiempo, existen opciones para aliviar estas consecuencias de una manera efectiva como la osteopatía. Los osteópatas utilizan técnicas manuales suaves para reducir el dolor, mejorar la movilidad y corregir desequilibrios biomecánicos, lo que ayuda a mantener la funcionalidad articular y mejorar la calidad de vida. Consultar a un osteópata especializado como los de Loli Poveda es crucial para un tratamiento personalizado que se adapte a tus necesidades y promueva tu bienestar a largo plazo.
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